paisajes con historia


                      Historias rurales

 

                        Braojos paisajes con historias detrás

 

Una corta noche de verano merece un buen descanso, los días son largos y el tiempo para reponerse a de ser de calidad,  te proponemos albergarte en un alojamiento rural diferente pero original. Pero antes de dormir vamos a escuchar historias rurales, aconteceres de este entorno y sus habitantes. Hace  poco me decía una persona mayor de la zona: ¡Hija! -El problema,  no es que perdamos las cosas, sino que poco a poco nos vayan arrebatando el significado de nuestros propios recuerdos, de nuestra memoria con pequeñas y grandes falsificaciones que nos quieren hacer creer,  hasta la hora en que ya no sepamos lo que hemos vivido y no lo podamos contar.  Quizá por esto considero que es importante escuchar estas pequeñas historias locales, que se quedan en el ámbito familiar. Me encantaría encontrar a personas anónimas con muchos años en sus espaldas  y cosas que contar, procedentes de este medio rural y entablar con ellas diálogos  llenos de  vitamina  narrativa.

 El otro día estaba en casa preocupándome de mi huerta y llego un vecino de Braojos a ayudarme  ya que soy aprendiz de hortelana, otros años he estado con el arando sus huertos y es de quien he aprendido algo mirando, incluso les he fotografiado. En ese momento no caí en  que estaban usando burros como antaño para realizar esta tarea, teniendo maquinaria pesada, arduo trabajo tirar de esas criaturas y hacer un surco recto, soy testigo. En esta tesitura me dio una clase práctica a la vez que me  contaba la historia de cómo el,  de joven apenas siendo un chiquillo con sus hermanos usaba los mismos útiles de labranza. Entonces era una necesidad tener esos productos que la tierra les donaba a cambio de su trabajo (hoy día lo hacen por  costumbre , ocio , gusto…. O porque les apetece.)  No tenían otra cosa de comer sino, por este motivo todas las temporadas  trabajaban de sol a sol con el ganado y las huertas.  Me hablaba del sistema de regadío que tenían establecido por turnos con la reguera que se respeta hasta el día de hoy, todos los regantes mantienen esa tradición  y juntos mantienen y limpian esta reguera de agua de manantial que mana de la sierra.  

Os cuento esto porque era increíble percibir la añoranza a pesar de esa dureza de vida en sus ojos al contarme sus historias, la ilusión de poder transmitirlas como si el llegar hasta el día de hoy hubiere sido un mérito en su vida, como esa experiencia en el campo me llegaba con tanta facilidad siendo el mejor maestro en estas artes hortícolas porque tal y como las realizan las tareas son  un arte.   La tez totalmente curtida por el clima y la vida y sus manos moviéndose duras como el cemento y deformadas del trabajo.   Solamente pensaba ojala mucha gente pudiera escuchar estas historias que realmente tienen valor , me sentía privilegiada y ojala todos nuestros visitantes sean capaces de interrelacionarse con la gente de Braojos y poder aprender , escuchar estos valiosos relatos.

 

 

c.c 

 

 

 

 

 

 

 

 


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