Pueblos abandonados en la Península Iberica

Pueblos con historia han pasado al abandono.

En España existen muchas localidades fantasmas, aquí enumeramos 11de esos  pueblos españoles que se van despoblando, o que directamente, se han quedado sin habitantes, en ruinas. Cada uno de estos  pueblos abandonados o casi despoblados, cuentan con alguna historia o leyenda que los distingue del resto.

Marmellar, Tarragona El pueblo de Marmellar, en la sierra de Montmell de Tarragona, quedó abandonado poco después de acabar la Guerra Civil. Desde que se descubrieron dos cadáveres, Marmellar se ha convertido en un enclave de misterio.Numerosos testigos han asegurado ver fenómenos paranormales en Marmellar.

La Mussara, Tarragona La Mussara pertenece al municipio de Vilaplana, Tarragona. Aparece citada en documentos de 1173 donde consta que el pueblo estaba ya habitado. Lleva abandonada oficialmente desde 1950 por razones desconocidas aunque muchos ven en este abandono raíces paranormales.

Belchite, Aragón Las ruinas de este pueblo zaragozano, arrasado en agosto de 1937 en uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil, fueron declaradas Conjunto de Interés Cultural en 2002. Desde entonces, más de 10.000 personas visitan cada año este enclave en el que perdieron la vida 5.000 personas y del que se afirma que es escenario de numerosos fenómenos paranormales.

Ochate, Vitoria Ochate es un pueblo abandonado situado a 15 km de Vitoria. Se trata de uno de los sitios con más actividad paranormal de España. Una serie de misterios, epidemias, desapariciones, muertes trágicas y otros casos paranormales nunca resueltos, hacen que muchos lo hayan bautizado como “El Pueblo Maldito”.  Actualmente se encuentra deshabitado, y lo único que ha sobrevivido al paso del tiempo ha sido la Torre, alguna casa medio derruida y las tres paredes de lo que fue la antigua ermita de Burgondo.

Gallicant, Tarragona En el término municipal de Arbolí, se encuentra una aldea completamente en ruinas desde hace 6 décadas. Se llama Gallicant, y son apenas unas casas derruidas en la provincia de Tarragona. Simplemente, la gente del lugar fue emigrando a partir de la década de 1930 hacia Arbolí dejando en ruinas un punto desde donde se obtienen algunas de las mejores vistas de Tarragona.

As Veigas, Asturias Un sitio hoy dedicado al turismo rural, en el concejo asturiano de Taramundi. Apenas habitan unas 84 personas en la zona, pero la villa As Veigas se encuentra deshabitada. Aún en silencio, se destaca su iglesia del siglo XVII y su particular arquitectura:

Amayuelas de Ojeda (Castilla la Vieja), Palencia En la provincia de Palencia, comunidad de Castilla y León se encuentra en Amayuelas de Ojeda , hoy con apenas 12 habitantes.

Granadilla, Cáceres Situado en la provincia de Cáceres, la ciudad de Granadilla fue desalojada a mediados del siglo XX por ser una zona de riesgo inundable con la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Hoy el antiguo señorío de Granada es un conjunto histórico dentro del programa de recuperación de pueblos abandonados.

Umbralejo, Guadalajara Es un pueblo deshabitado en la provincia de Guadalajara, Castilla-La Mancha, hoy parte del municipio de La Huerce. En el año 1971 sus habitantes fueron trasladados dentro de un programa de protección de la naturaleza. Hoy es parte de un programa de recuperación de pueblos abandonados, por lo que fue reconstruido y utilizado para campamentos de verano. Son curiosas sus casas de pizarra y barro en el estilo de arquitectura negra.

Peracense, Aragón Se encuentra en la provincia de Teruel, en Aragón. Tiene apenas 89 habitantes con una población que dista de crecer, y destaca por su fortaleza sobre una prolongación rocosa escarpada, conocida como el castillo de Peracense.

Escó, Zaragoza Expropiado en la década de los 60 para construir el embalse de Yesa, entre Navarra y Aragón,este pueblo catalogado como abandonado contaba hasta 2010 con cuatro habitantes. Para la construcción del embalse también se ordenó desalojar los pueblos vecinos de Ruesta y Tiermas, que a diferencia de Escó quedaron desiertos desde el primer momento